17 sept 2011

No te equivocaste

No te equivocaste cuando decidiste dibujar. Aunque ahora mismo te cueste creerlo, sabes que no te equivocaste. Lo sabes porque te lo estás diciendo a ti mismo.

Creo que es importante hablarse a si mismo en los momentos de optimismo. Lo malo es, que es en esos momentos cuando posiblemente menos lo necesitas. Sería genial poder hablarse cuando estas hecho papilla, y decirse cosas que te levanten la moral. Lo sé porque ahora todo huele un poco a mierda, y me gustaría tener delante un cartel en el que hubiese escrito “everything is going to be allright”.

Hay una fábula, o un cuento chino, o asiático, o de alguien que sabe más a fin de cuentas, que narra un aprendizaje. El aprendiz pide ayuda a su maestro para ser más fuerte. El maestro solo le impone una tarea, que cada día coja un ternero y salte una sola vez sobre un pequeño arbusto. El aprendiz así lo hace, durante días, semanas, años. Cuando algo frustrado acude de nuevo al maestro para pedirle que le enseñe algo más porque no siente haberse vuelto más fuerte, el maestro le hace ver que lleva tiempo saltando cada mañana sobre un árbol con un toro a sus espaldas.

Dibujar es algo así. No se pueden conseguir resultados ni rápidos ni espectaculares en un día, pero el -en principio- pequeño sacrificio de cada día, te está haciendo mejorar, siempre. Por inapreciable que parezca. Y en el fondo lo sabemos, pero habrá momentos en los que necesitarás que te lo recuerden. Entonces te alegrarás de haberte escrito un post-it en el que te recuerdes que aquellos a los que admiras pasaron (y aún pasan) por lo mismo que tú.

Claro que aún están muy lejos de ti. Te queda un larguísimo camino que hacer. Pero si te bloqueas, y dejas de avanzar ese camino cada día será más largo. No es una contrareloj, es una carrera de fondo. Tampoco es una competición. Puedes apoyarte en otros, aprender de los demás, si te bloqueas con lo tuyo, aprovecha a empaparte de otras cosas. Sobre todo, no te olvides de disfrutar. Y si notas que lo empiezas a olvidar, sal, diviértete, lee algo, besa a alguien, bebe, ve al cine, abraza a tus amigos, escucha música, aprende de un extraño, folla, o hazte una paja, sonríe, metete en un chat y destripa películas a la gente, ríete, o planta un pino… lo que sea. Antes o después te darás cuenta de que mientras haces todas esas cosas, estás absorbiendo conocimientos, que cada cosa que haces la estas almacenando en tu reserva, cada pequeño detalle lo recuerdas para añadirlo a tu dibujo. Y si no puedes sacártelo de la cabeza mientras haces esas otras cosas que te hacen feliz, quizás es que no te equivocaste.

Y se, como sabrán todos los que han decidido dibujar, que hay días de mierda. O semanas. Y si ese tiempo se alarga lo suficiente como para empezar a darle vueltas a la cabeza, pensamientos como que nunca serás lo suficientemente bueno, o que te estás estancando, empezarán a salir a flote. Y lo malo de esos sentimientos no es la sensación de ahogo pasajera, sino la desgana que los acompaña. Es ahí donde quizás te iría bien tener una prueba de que en otro momento te sentiste superman.

Hay una historia que prueba que esto funciona. Mi hermano, de niño, tenía que ir al dentista, y le asustaba el daño que le pudiesen hacer. Pasó por ello, y descubrió que como le decían los demás, era cierto que no dolía. La dentista le hizo escribir en un papel que en efecto no le había dolido. El tiempo pasó y mi hermano tuvo que volver al dentista, y como a cualquiera le puede pasar, olvidó que no dolía. Al llegar la dentista le enseñó su papel, el que él mismo había escrito, y sirvió para que al menos por esa vez perdiese el miedo. Es importante saber que lo has escrito tú, porque te garantiza que no se trata de la experiencia de otro, por muy similar a la tuya que sea, sino de tu propia experiencia.

Claro que tienes que ser honesto contigo mismo. Lo primero, no vale mentirse. Y lo segundo, no vale sentarse a mirar porque sabes que ahora estás jodido pero la cosa irá a mejor. Porque si no respetas tus propios miedos nunca podrás aprender de ellos. No puedes quedarte con la autocompasión. Hace poco escuché decir a alguien a quien, para bien o para mal, admiro, que si naces en Vallecas y quieres dedicarte a la animación, igual lo tienes más difícil que si has nacido en otro sitio, pero buscas la forma de poder hacerlo, y lo haces. Y ese es un poco el tema, fácil no es, pero tampoco es que sea imposible, solo hay que buscar la forma de hacerlo.

Nadie dijo que vivir de dibujar fuera fácil. En serio, nadie lo ha dicho. He oído decirlo sobre otros trabajos, pero nunca he oído que nadie hable de dibujar como un medio seguro. Pero claro, ¿cómo va a serlo? Para dibujar tienes que ser un poco arquitecto, un poco ingeniero, un poco diseñador de moda, médico anatómico, logopeda y trovador, psicólogo, actor, fotógrafo, guionista, tener conocimientos de física, de informática, de música y ritmo, de historia… prácticamente tienes que conocer un poco de todo el resto de trabajos… y luego aprender a coordinarlos, a que unos no molesten a otros, a que todo funcione perfectamente… es lógico que el camino sea largo, y difícil, después de todo no hay muchos trabajos que después de 40 años de profesión aún sigan quedándote cosas por aprender… quizás es eso lo que lo hace tan especial.

Y si tienes un camino de más de 50 años que recorrer ¿cómo no vas a sentirte agotado de vez en cuando? ¿Cómo no vas a enfadarte? ¿Cómo no vas a plantearte alguna vez renunciar? Pero cuando pase eso, siéntate un momento a descansar, coge aire, ánimos, y recuerda: tú también hace por lo menos tres años que cargas con tu toro sobre los hombros.

No te equivocaste, no. Sólo es un mal día.

4 comentarios:

GENocideFJS dijo...

Es un texto al que creo que no podría aportar nada más a lo que has escrito, Víktor. Vamos, que me apunto a leerlo en uno de esos días de los que hablas y que de vez en cuando se nos presentan sino a todos, a muchos.

juankar dijo...

muy inspirador

Isabel de Tovar dijo...

lloro? grito? salto? rio? nose decir que emocion tengo al leer esto! que maquina ;)

Anónimo dijo...

Gracias